El pasado domingo 24 de septiembre hice mi primera visita al Museo Sorolla, acompañado de un amigo de clase. Una exposición de pintura y escultura que, al encontrarse en la misma casa que Joaquín Sorolla habitó con su familia desde 1911, se complementa con esculturas y muebles de la época. Sinceramente me gustó más lo referido a la casa que los cuadros en sí pero igualmente algunos me llamaron la atención. Voy a comenzar hablando sobre la casa y terminaré con los cuadros y fotografías.
Para acceder al interior del edificio hay que atravesar un denso jardín compuesto de varias partes y en el que destaca una fuente. Lleno de setos, árboles, macetas, esculturas...
El interior de la casa me sorprendió ya que la visita se inicia por unas grandes salas en las que predomina la madera y los tonos oscuros (creo que era la zona de trabajo) y posteriormente se llega a espacios totalmente distintos, de mármol claro y muy luminosos.
Los cuadros de Sorolla me gustan, me parecen "bonitos", pero no me llaman demasiado la atención. Destacaría estos dos cuadros por la sensación que transmiten la luz, el tono y los brillos:
El baño del caballo
Niños en la playa
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